Es un nuevo día,
y ahí voy dispuesto a enfrentarlo… con
la misma cara, el mismo peinado, la misma inseguridad que me caracteriza así
voy… cumpliendo la misma costumbre de desayunar
caminando por toda la casa mientras termino de preparar el resto de las 100
cosas que nunca termino de preparar, unos minutos después ya es muy tarde para
pensar y llega la hora de correr a la oficina, al llegar saludo y digo “buenos días”
pensando y dándome cuenta de que esto es una pérdida de tiempo y que en
realidad a nadie le importa, total esto es solo un día más, solo una vuelta más
de las agujas en este reloj del día que llevamos, en el que cada recorrido de
la aguja a través de las horas es igual al del día anterior, una vuelta más en el que cada cosa será diferentemente
rutinaria en su igualdad y así se pasan las horas hasta que llega ese momento
esperado, ese momento de correr a ese sitio o persona a la cual aferramos nuestros
pensamientos el resto del día para soportarlo, esa persona o ese lugar que todos
tenemos y que nos entrega esa intranquilidad que tanto necesitamos, luego llega
la noche y acostado en mi cama pienso que todo forma parte del ciclo de mi día todo es automático…
Pensé en esto
por muchas horas y me imagine como un robot programado de esos que siempre sabe la respuesta a todo,
de esos en los que todo es automatizado y siempre encuentra una salida rápida y
viable para todo, tanto pensé que llegue a la conclusión de que esta puede
ser una de las cosas que me afecta silenciosamente
y me deshumaniza cada vez mas…
Entre tantos
sentimientos muertos dentro de mi creo que sigo siendo humano aun me queda el
miedo, ese que me recuerda que puedo dejar de existir en cualquier momento, ese
que me grita que deje de perder el
tiempo…
En noches de
pensamientos volátiles y días automatizados como este, debo confesar que tengo miedo
de ser un robot al 100% y dejar de pensar dejar de sentir y dejar de vivir, confieso que tengo
miedo de ser solo uno más de los que automatizados y a su vez tengo miedo de
ver mi vida controlada y coordinada, lo
peor es este miedo que me da despertar
un día y darme cuenta de que en mi vida ya no es necesario mi corazón ni mi
mente y decidir apagarlos, y acostado en mi cama rogándole a la vida que me traiga
algo nuevo para pensar algo nuevo para sentir repito una y otra vez…
“Algo Tiene Que Suceder! Algo
Tiene Que Pasar! No Los Apagare… No Los
Apagare…”
Angustiado y preocupado por el tiempo y su rutina… Que me enseña que las flores también poseen espinas y por más que las cuides el tiempo las contamina…
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