¡Mira mira mira! me gritaba ella mientras yo caminaba lo más rápido posible para evitar ser tragado por el profundo color negro de sus ojos, lastimosamente me fui sin señales de despedidas ni miradas parlanchinas.
Pero no me arrepiento se que no era un buen momento para la chica de las fantasías...
No era el momento o no era el lugar, habrán más oportunidades, eso ni dudarlo
ResponderEliminarUn abrazo en la distancia